China quiere construir una enorme central solar orbital en el espacio.
En teoría, una central eléctrica orbital puede aprovechar la energía solar las 24 horas del día, los 7 días de la semana.
China está a punto de probar una tecnología potencialmente revolucionaria que le permitiría recolectar grandes cantidades de energía solar en cualquier momento del día. El método utilizaría una estación orbital para enviar un poderoso rayo de energía solar a la Tierra desde el espacio.
Si todo va según lo planeado, las pruebas, que se llevarán a cabo en la ciudad de Chongqing en el suroeste de China, conducirán a la construcción de una enorme estación de energía solar de 1 megavatio en el espacio para 2030. China, el mayor fabricante mundial de células de paneles solares, también planea aumentar gradualmente la producción de esa estación después del lanzamiento, con el objetivo de aumentar su capacidad a 1 gigavatio para 2049.
La idea de una estación espacial solar fue propuesta por primera vez por científicos en la década de 1960. La tecnología tiene el potencial de eludir varias de las limitaciones de las granjas solares tradicionales. Lo más importante es que, a partir de una altitud de 36.000 km (22.400 millas), una estación de paneles solares geoestacionarios podría evitar la sombra de la Tierra y ver la luz solar directa las 24 horas del día. Desde el espacio, una central eléctrica también puede recolectar más electricidad, ya que la atmósfera de la Tierra refleja o absorbe casi la mitad de la energía de la luz solar antes de que llegue a los paneles solares instalados en tierra.
Al enviar la energía recolectada a una instalación en forma de microondas de alta frecuencia, la tecnología le permitiría llegar a la Tierra con solo una pérdida mínima de energía (aproximadamente el 2 por ciento). La idea en realidad se originó en experimentos llevados a cabo por Nikola Tesla a fines del siglo XIX, y ha llevado al advenimiento de empresas, como Emrod , con sede en Nueva Zelanda , que promete transmisión de energía inalámbrica, así como empresas que intentan poner en marcha caminos de carga inalámbrica para vehículos eléctricos aquí en la Tierra.
Ahora, los investigadores de la nueva instalación de prueba, que está en construcción en el distrito de Bishan de Chongqing, intentarán demostrar que esta transferencia inalámbrica de energía funciona en las largas distancias requeridas. Para empezar, realizarán experimentos utilizando aeronaves y globos aerostáticos para transmitir energía en rayos de microondas de alta frecuencia a la Tierra. Han realizado con éxito pruebas desde 300 metros (980 pies) sobre el suelo utilizando un globo de aire caliente y su objetivo es realizar experimentos de 20 km de alcance utilizando un dirigible después de que se complete la construcción de la instalación.
La zona experimental de la tecnología será de aproximadamente 2 hectáreas (2.000 metros cuadrados) y estará rodeada por una zona de despeje cinco veces mayor. Los habitantes locales no podrán ingresar a esta área por su propia seguridad, explica una declaración del gobierno del distrito. Aún queda mucho por resolver, como los efectos potenciales de un rayo de energía de tan alta frecuencia en las comunicaciones, el tráfico aéreo y el bienestar de los residentes cercanos. Sin embargo, si los investigadores detrás del proyecto logran llevarlo a cabo, habrán superado las limitaciones de la energía solar al enviarla literalmente más allá de la estratosfera.
Por Chris Young.
Comentarios
Publicar un comentario