Cuentos para niños | El Burro y el Gato

 

Cuentos para niños | El Burro y el Gato
Cuentos para niños | El Burro y el Gato

Había una vez un burro que se quejaba de todo, porque quería llevar una vida cómoda y tranquila dentro de la casa del amo. No aceptaba tener que trabajar de sol a sol y menos aún tener que cargar su comida.

De allí que todo el tiempo protestaba hasta que un dia cuando llegaba de la faena y lo metieron en su rancho, llegó el gato de la casa y lo encontró peleando, rebuznando de ira y frustración.

- ¿Qué le acontece, burro? ¿Por qué está bravo? -  Preguntó el felino .

- ¡Y que lo digas! - respondió el burro tirando el pasto a un lado . 

- Ya no aguanto más ¡No quiero esta vida de burro! - 

-  ¿Y cuál vida quiere? -  volvió  a preguntar el gato.

- ¡La que usted lleva, gato!-  Exclamó . Siempre durmiendo dentro de la casa y comiendo bueno ¿Cómo haré para cambiar la mía?

El gato le explicó un plan sencillo:

- Al llegar el amo y sentarse, usted viene rápido y le trae sus pantuflas de descanso y se las coloca a sus pies, le hace cariños con el cuerpo y se recuesta de su sillón.

Verá que el amo lo acaricia y lo deja vivir adentro.


Así lo hizo el burro. Esperó la tarde y el amo llegó. Pasó a la casa y se sentó en su silla favorita.

Se quitó las botas y se reclinó. Esperando al gato con sus pantuflas, pero quien apareció fue el burro. Llevaba las pantuflas en la trompa y cuando iba a ponerla a los pies del amo se afincó con el casco derecho y le dio un tremendo pisotón que hizo lanzar al hombre un alarido de dolor.

El asno no lo entendió y se le recostó, aplastándolo con todo y silla. El amo con la boca abierta y blanqueado los ojos; luego, el burro lo acarició con la trompa y fue tal la "caricia" que lo lanzó por encima del sofá. El animal se paró para ir hacia él y el hombre al ver aquella mole se lanzó por la ventana, rodó, se levantó, corrió hacia el granero y regreso con una escopeta de dos cañones, disparándole al burro que venía hacia él. Este dio un giro en redondo y salió disparado de aquel lugar sin entender lo que estaba pasando.

El gato, que había salido ala puerta, exclamó:

- Ése nació para burro.


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